Esto me lo planteaba yo ya hace algún tiempo, y reflexionaba el otro día mientras barría la terraza del bar en el que trabajo (eran casi las 2 de la mañana, y Dios! que bien se está en la calle a esas horas, con la fresca, en silencio, sin gente, sin coches, me he dado cuenta de que "ese" barrer me relaja. Es mi momento de soledad del día, en el que disfruto y me siento tranquilo y pienso...) y llegué a una conclusión.
Me gusta que me lean.
Es cierto que prefiero que sea gente anónima (que no conozco, que no me conozcan personalmente) aunque a veces escriba con toda la intencionalidad del mundo y deseando que ese alguien caiga aquí por
casualidad y se encuentre con lo que "le digo" sin decírselo, prefiero muchas veces opiniones ajenas, que tengan una
cierta imparcialidad, algo diferente a lo que sé que voy a oir de la boca de mis amigos de siempre, quizá encontrar gente nueva, con mis mismas inquietudes, pero diferentes a mi.
Yo sigo escribiendo en mis libretas de siempre, y cuendo siento que lo necesito. En el trabajo, en un bar tomando café... donde me entre la "inspiración". Pero eso sí. Que no me encuentre nadie conocido, que me cortan el rollo, cojones. No lo soporto.
En el bar de la facultad... tranquilo, sentado al fondo, café con leche y la cabeza ne las nubes... me da
el venazo (como yo lo llamo) y le doy al Pilot sin prestar atención a nada de lo que pasa a mi alrededor... me enajeno, no se que me pasa... y de repente a mi lado...
- ¿Qué haces?
Me rompe todo lo que estaba pensando... y luego retoma si puedes...
Total, que guardo lo que tengo y luego ya veremos. Porque ni publico todo lo que escribo, ni comento todo lo que leo ni visito a todos los que me visitan.
Si llego a un blog y me gusta, vuelvo. Si siento que quiero decir algo, comento. Y si pienso que puede gustarle lo que escribo le invito.
No hay más. Me gusta que me lean, me reconforta, y no me importa admitirlo.
Saludos a todos, y besos a ellas... jejeje...