25.8.06

Me marcho.

Serán solo unos meses.

Necesito tomarme un descanso.

Volveré tan pronto como mi alma me lo permita, lo prometo.

Pero por ahora... es indefinido. Lo siento.
Un beso
...y abrazos

16.8.06

79

Claudia se dirigía con Vito hacia el parking para coger el coche e ir a buscar mi regalo de cumpleaños. Lo tenía guardado en casa de su madre, a las afueras de la ciudad.

Al acercarse y pulsar el mando a distancia, los intermitentes del mini negro centellearon alegres, como si le dieran la bienvenida.

Primero subió Vito de un salto y luego entró ella. Dejó el bolso en el asiento de atrás y cerró la puerta. En ese momento inspiró y un súbito vértigo se apoderó de ella. Abrió los ojos como si no lo creyera, paralizada.

El coche olía a perfume. Perfume de mujer.

Mientras todo ocurría, yo estaba en casa. Preparando las maletas.

3.8.06

Sin que me diera cuenta

El sábado Claudia despertó descansada, había dormido bien y tenía esa sensación de plenitud y serenidad que se tiene al despertar junto a la persona que amas.

Suspiró y me abrazó mientras me susurraba palabras al oído que yo confundía en mis sueños, me acariciaba el pelo y me besaba el cuello con dulzura, lentamente.

Apretó su cara contra mi pelo, inspiró, como si quisiera retener mi aroma en un suspiro. Me volvió a acariciar la cabeza, mirándome fíjamente, y en silencio se deslizó entre las sábanas para salir de la cama sin que me diera cuenta, mientras yo seguía dormido.

En el comedor Vito, que mordisqueaba una de mis chanclas, se puso en guardia al ver a Claudia, la cabeza gacha en el suelo, la mirada simpática con su nuevo "juguete" en la boca y los cuartos traseros levantados, en disposición de salir corriendo con su presa en cualquier momento. Tenía ganas de jugar y de salir a la calle.