24.7.06

07:00 am

No le importaba madrugar. Es más, le gustaba. A esas horas por las calles corría un viento fresco y el sol aún no calentaba.

Se miraba en el espejo mientras se abrochaba los botones de la camisa. Se sentía bien, fresco, cómodo. Unas sandalias, unos tejanos y una camisa con el cuello desabrochado.

Pensó que la camisa, de color negro, hacía juego con su barba de seis días, y decidió no afeitarse. Se peinó, cogió las llaves del coche y salió de casa.

El mini cooper rugía y enfilaba la rampa de salida del párking sin pereza.

Mientras se abría la puerta una silueta de mujer se dibujaba a contraluz.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero que, después de dejarnos con la intriga, nos cuentes algo muy... jugoso.

Miada dijo...

Seguiremos a la espera de más...

Un beso.

Mayte dijo...

Las siluetas a contraluz, son tremendamente subliminales:P

Enganchada niño melón...;)


Bikos.

Unknown dijo...

Era su madre con el bocadillo, que se lo había olvidado en la cocina... ¿a que sí?.. ¿a que sí?...

Bueno, dale continuidad al tema que la escena ha sido bastante cortita... esto promete.

Saludos!!

Anónimo dijo...

No nos queda más remedio que esperar...

Shh... dijo...

y? :)

pero nos contarás como sigue la historia, no? besos!

el santo job dijo...

mmmm....¿falta un continuará?

Espero que la silueta a contraluz tenga reflejos de gato madrugador.

Un saludo

Lunaria dijo...

Pues a ver si continúa el relato y sabemos más del después.

Bego dijo...

Donde iba a esas horas de ese buen humor?
Era un garaje particular o de toda la finca?
¿Q tal va todo Niño?

Pipistrellina dijo...

Niñooooooo!!!!!! No vale dejarnos asíiiiiii!!!!!!! :)

(Yo también os echo de menos! pero pronto seguiré dando el coñazo!! :) )

Besoteeeeeeees!!!!!